NUESTRA HISTORIA

Historia del Parking San Isidro

Parking San Isidro inició su actividad en Diciembre de 1987, su fundador José Vázquez comenzó esta maravillosa aventura, catalogada por algunos como locura, en su propia casa, habilitando una habitación como oficina y trabajando únicamente con su familia las 24 horas, los 365 días al año.

 

Debido a que poco a poco, con mucho esfuerzo y dedicación, la empresa iba creciendo, en 1998 tras 11 años conviviendo con su propio negocio decidió trasladarse a unas instalaciones mucho más grandes contando con hasta 10.000 m2. En esos años, esta empresa familiar aumento su clientela llegándose a convertir en el aparcamiento más grande e importante de la zona con una excelente plantilla de hasta 12 trabajadores.

 

Aumentaron los rumores de una posible expropiación por parte del Aeropuerto de Málaga hasta que en  2008 se llevó a cabo, planteándose el dueño y su familia continuar el negocio en otra parte o bien cesar su actividad tras 21 años.

 

Pero seguían siendo tanta la ilusión y las ganas de continuar, debido a la excelente clientela  que se ha ido cosechando con los años, que tras el revés de la expropiación, Parking San Isidro se trasladó a la Avenida Comandante García Morato, avenida principal de acceso en ese momento al Aeropuerto de Málaga.

Tras un par de duros años de reubicación, costosos alquileres e incertidumbres, por fin en 2011, Parking San Isidro logra hacerse un hueco en tan solicitada avenida, adquiriendo una pequeña empresa de aparcamiento que servirá para afianzarse definitivamente en la zona.

 

Todo esto ha sido posible gracias a los miles de clientes que han seguido siendo fieles, confiando en esta empresa que,  a pesar de los años continua siendo familiar, y a los empleados que forman parte de ella.

 

Ahora, tras 30 años, José Vázquez Pino puede ver con orgullo como la siguiente generación continúa con la misma ilusión y dedicación, esa maravillosa aventura/locura que comenzó en 1987, además de aportarle frescura e innovación para adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas tecnologías.

 

Para finalizar, les damos las gracias a todos y cada uno de esos clientes que comenzaron y continúan con nosotros, permitiéndonos crecer, mejorar y aprender , como decía un escritor británico, “la aventura podrá ser loca, pero el aventurero ha de ser cuerdo”.